El grafeno es un material que posee unas características idóneas para ser utilizado en ámbitos como medicina, automoción o construcción, entre otros. Y en todos los campos se hacen eco de su aparición porque promete revolucionar la tecnología y ser un importante protagonista.

Recientemente el CIEMAT, (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), organizó un seminario para dar a conocer los nuevos materiales como el grafeno, sus propiedades y aplicaciones, cómo se producen y qué características poseen.

El grafeno es una sustancia hecha de carbono con átomos dispuestos en un patrón hexagonal. Precisamente esta forma hexagonal, similar a un panel de abejas, se debe a los enlaces covalentes que se generan a partir de la superposición de los orbitals híbridos sp2 en los carbonos enlazados.

Se trata de un material de dos dimensiones (2D) con características muy interesantes. Por ejemplo, una lámina de un átomo de espesor es 200 veces más resistente que el acero y cinco veces más liviana que el aluminio. Y es que la disposición de sus átomos y su estructura bidimensional le confieren unas propiedades extraordinarias: conductividad eléctrica y térmica, dureza, transparencia, flexibilidad y elasticidad, entre otras.

Así, el grafeno posee unas propiedades muy seductoras para el ámbito de la construcción, que favorecerán el ahorro energético. Entre las aplicaciones más significativas dentro de este campo está la mejora de la eficiencia energética en edificios: desde fabricación de paneles solares a pintura para las fachadas, pasando por la fabricación de los propios cables de conexión.

Además de estas aplicaciones, en el ámbito de la nanotecnología presenta otras aplicables en la construcción y que mejorarán la calidad y la eficiencia del edificio una vez acabado. Por ejemplo, en lo que se refiere al aislamiento térmico de las envolventes de los edificios con mínimos espesores, fabricación de materiales o aleaciones resistentes al fuego y la humedad, entre otros.